Vuelta a Tepantlali

Un “Hasta Luego” es un regreso…  “El que vuelve de un viaje no es el mismo el que se fue”…

Soy una de las cinco voluntarias que, durante el mes de Agosto, viajó a la Sierra Mixe (Oaxaca) en México, y les voy a intentar transmitir de la mejor manera posible algunas de las emociones que allí viví.

Tras el curso de formación… llegó el momento de viajar! Ya sabía lo que me iba a encontrar puesto que el año pasado ya estuve en el mismo lugar. En cuánto me subí al autobús que llevaría a Madrid… las ganas, ilusión, motivación, etc por ver a las personas que residen en Santa María de Tepantlali iban en aumento.

Tras un trayecto Zaragoza/Valencia (alguno/as)- Madrid- México DF- Oaxaca- Sierra Mixe comenzaba nuestro voluntariado.

En el aeropuerto de Oaxaca ya estaba al pendiente de nosotras la educadora del centro juvenil “La Natividad” para venirnos a buscar. Lo que no sabía es que en los próximos días se iba a convertir en parte de mí y de nuestra “familia” mexicana.

Tras un viaje en carro y observando la naturaleza que tienen (cada vez me impresiona más) llegamos para descansar un poco y acomodarnos en la casa. Ya veíamos la niebla característica de aquella tierra…!

En los próximos días llegarían… actividades en el centro, algo de deporte, pinturas, diversos talleres, cuentos, mándalas, murales, coser alguna servilleta para guardar tortillas y fundas junto con las mujeres mixe, alguna reunión, diversas platicas, participar en las fiestas, un velorio, paseos por la Sierra, ver la escuela de primaría, visitas a la virgen de la Asunción, ver el panteón, etc y algún que otro recuerdo que me quedo para mí…. Entre partidos de foot y basket… pasaban los días.

El cariño, la alegría, la amabilidad, el tener una palabra justa en el momento adecuado, una mirada que sabes lo que te esta diciendo sin hablar, ilusión, solidaridad, el compartir unos dulces tamalitos… Tepantlali es eso, y mucho más!

Acabo de regresar a casa y sólo puedo decir que en México me he sentido como en casa porque así me lo han hecho saber.

He vuelto a recordar que a pesar de las circunstancias se puede ser feliz y que contra todo pronóstico si uno le pone fuerza, ganas y valor se pueden hacer las cosas de una manera distinta.

En el centro juvenil “La Natividad” todo es diferente, los niños tienen su espacio para ser las personas que son, se acepta la diversidad con los brazos abiertos, se busca que los chamacos sean independientes y autónomos…

He descubierto que en las relaciones humanas se necesita tiempo, pero en cuanto se dedica rato a ellas la persona se enriquece y se descubre a una misma. Adaptarse a un país nuevo y diferente requiere de tiempo, y tener una mente abierta para no dejarse llevar por los prejuicios.

Estoy muy feliz de haber estado este mes con lo que serán las futuras personas de Tepa y espero haber aportado la mitad de lo que ellos me han dado a mí. No puedo más que agradecer a cada una de las personas que se han cruzado en mi camino en este viaje.

Ahorita mismo vuelvo al ritmo de vida de europeo dejándoles a ellos con su estilo de vida al que están acostumbrados. Sin embargo “algo” me dice que van a sonreír porque a pesar de todo encuentran motivos para ser felices.

Ayuk Jay “Gente Mixe”.