Nuevas sensaciones desde Tepantlali

Santa María de Tepantlali es un pequeño rincón escondido en la sierra mixe en el que parece que por más que se madruga las calles siempre están puestas. Respeto y admiración es lo que tiene este lugar que parece nada más comienza a hablar allí donde se sabe escuchar.

El estrés, las prisas, el agobio, la individualidad, la ambición, el ego, el sentido de la propiedad, y esencialmente el reloj, generadores de conflictos europeos que aquí no tienen lugar de ser.

Ritmo Mixe el de vivir al día, aquí el tiempo da para trabajar, cocinar, limpiar, manejar … pero al mismo tiempo para platicar, compartir, invitar y enseñar, cualquier momento parece bueno para tomar una pausa y disfrutar de una buena conversación.

Enormemente respetuosos con el entorno al que en buena parte se deben, sus hechos y sus carteles muestran su visión al mundo “No queremos un medio ambiente, lo queremos entero”.

Puro Tepa, puro aire, puro café, puro maíz… pura su gente.

Sonrisas infantiles que cargarían baterías, energía a montones rebosante la que trasmite cada una de ellas.

Ojos libres, positivos y resueltos, capaces de encontrar la manera de dar a las cosas la importancia que tienen “no más”.

Niños que son niños, que comparten, que juegan en las calles, que se ensucian, se mojan, se enojan y desenojan…y que celebran cada pequeña cosa con unas ganas impresionantes.

Tepa es vida, pura vida.