Continuamos con la sección «Diarios de un Campo de Trabajo», en el que los voluntarios nos cuentan su experiencia en los campos de trabajo que organiza VIDES.

Esta vez, nos relata su historia una voluntaria que ha hecho un voluntariado de larga duración en la Sierra Mixe (Oaxaca) de México.

Mi experiencia en la Sierra Mixe

Soy Marta, una chica de 27 años que en Agosto de 2011 estuve con la ONG VIDES en un campo de trabajo de la Sierra Mixe (Oaxaca), y viví una bonita y enriquecedora experiencia.

A partir de Septiembre, mi cuerpo estaba en Zaragoza; pero mi mente y mi corazón estaban en la Sierra Mixe. Por eso, empecé a plantearme la posibilidad de regresar durante unos meses.

Desde que tomé mi decisión, en VIDES se me apoyo mucho y empezamos a mirar dónde podría cooperar y estar mejor. Tras varios meses, decidimos que iba a estar trabajando en el Centro la Natividad que la ONG tiene en el poblado mixe de Santa María de Tepantlali.

Así que el 20 de Marzo de 2012 comenzó mi viaje, por delante me esperaban casi 5 meses de trabajo y vivencias.

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Al llegar a Tepantlali, me acogieron con los brazos abiertos y muy ilusionados, al igual que yo.

Una familia me acogió en su casa; durante mi tiempo allí me han tratado como si fuera una más de la familia, me han dado cobijo y comida sin conocerme de nada. Pero sobre todo me han dado cariño y mucho más de lo que yo les he podido dar.

Todos los días iba al centro La Natividad a realizar actividades y juegos con los niños. Como se dice: «los niños son la alegría de la vida», pues aquí mucho más, algunos niños tienen situaciones complicadas en sus casas; pero nunca dejan de jugar y sonreír.

Ver y sentir que con poco estos niños son felices, es una experiencia única. El tiempo que he estado con ellos, he intentado que se divirtieran, que estuvieran a gusto y que aprendieran; y ellos me han dado cariño, ilusión y lecciones de vida.

Además he convivido mucho con la gente de allí, he conocido sus tradiciones, su cultura, su manera de vivir; he aprendido mucho de ellos.
Te das cuenta que no necesitas tener el último móvil que ha salido al mercado, ni la ropa que está de moda; sino que lo importante es estar bien con la gente que más quieres, tenerlos cerca y vivir cada momento intensamente.

 

En Julio cuando llegaron otras dos voluntarias de España que mandó VIDES, me dije: ¿no puede ser? ¡sólo me queda un mes aquí!, los días se me habían pasado volando.

Así que estuve aprovechando al máximo los últimos días de mi estancia allí…

La despedida fue muy dura; con los niños en el centro, saber que echaré de menos sus risas, sus juegos, sus miradas…

Pero lo más difícil fue despedirme de la familia que durante estos meses, ha sido una familia para mí.

Pero como les dije a ellos, esto no es un adiós, es un HASTA PRONTO. En estos meses he sentido y he vivido momentos enriquecedores que no había tenido en mis 27 años de vida.

Ahora que ya ha pasado un mes desde que llegue, en mi mente está el poder regresar a la Sierra Mixe, poder seguir viviendo y conociendo su cultura, poder seguir aprendiendo y poder seguir formándome como persona.

 

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